Variados son los factores e influyen y determinan la identidad de un país, mas aun la identidad que pueda transmitir el arte. La diversidad de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento, y las diferentes enfoques, intereses, códigos y normas de cada artista, los hacen múltiples. Sin embargo, se cohesionan dentro de un grupo y nos dan pertenencia.
En el caso de la joyería contemporánea, es indudable la influencia de la milenaria tradición precolombina y mapuche y la exploración de en la artesanía tradicional y su consiguiente aplicación en la joyería. Pero también, nuestra identidad refleja, en las visiones particulares de cada orfebre, los que son plasmadas en sus joyas y se transforman en un lenguaje común para todos. Una identidad individual y colectiva a la vez.
Hoy en día son cada vez más las mujeres que se atreven a crear y dar forma y expresan su visión en la belleza de una joya; visión muy particular, la femenina; abriéndose paso en un oficio milenario y masculino a veces hermético e impenetrable, con secretos solo revelados a los hombres y que cada día como caja de pandora revela sus maravillas y herramientas artísticas a nuestras mujeres.
Grande es el desafío que enfrentan los joyeros. Es así como este arte, se transforma en un medio para reflexionar sobre nosotros, lo que fuimos o somos y donde habitamos. Observar, interpretar, crea, transmitir, comunicar y adornar, hace que tome sentido la joyería contemporánea nacional.
Las técnicas aprendidas en la artesanía, permitieron que Marianela Chalco que pudiera dar un giro en su trayectoria como microempresaria y se dedicara o la orfebrería, actividad que practica hace más de 15 años.
A pesar de contar con algunas herramientas. Esta mujer no pudo llevar a cabo la producción que tenía pensado hasta ese momento, pues carecía de las máquinas necesarias y no contaba con el dinero para comprarlos.
Sin embargo, decidió emprender camino de todas maneras, ganando un Capital Semilla en el año 2007. Si bien el comienzo no fue fácil, al cabo de cuatro meses encontró los mecanismos que le permitieron echar o andar su taller de forma rentable. Con el paso de los años, ha logrado desarrollar un nivel de calidad y seriedad en sus diferentes trabajos, lo que le ha permitido ir fortaleciendo su clientela.
Actualmente tiene un taller en donde diseña y vende sus productos, ubicado en pleno centro de lo ciudad de Iquique. Ahí se encargó de laminar, pulir y envejecer los diseños que sus clientes solicitan, creando piezas exclusivas que han contribuido a su posicionamiento como una mujer orfebre que se esfuerzo por entregar un trabajo con las mejores terminaciones que se puedan encontrar en el sector.
Marianela, confía en un futuro que se ve auspicioso para su empresa y reconoce que estos logros son gracias al equipo de trabajo que colabora en el taller, en donde estamos trabajando en la venta por mayor y menor, esperando en el mediano plazo poder crecer dentro del mercado nacional y llegar a los mercados internacionales.